NOTAS SIMILARES

Libros

“Odisea del Hambre” de Mariela Ghenadenik: una distopía salvaje no tan lejana

Libros

Feria del Libro de Mendoza 2023: no importa el lugar

Libros

Julio Cortázar, “Rayuela” y 60 años de letras

NOTAS RECIENTES

Cine y TV

“La noche adentro” la película que poco habla de la dictadura

La producción mendocina nos trae una historia basada en la época más dura de nuestro país, la dictadura, pero a medida que transcurre el filme nos damos cuenta que podría

Música

Tan Biónica en Mendoza nos trajo a Chano, el renacido

A un año exacto de aquella presentación de Chano en el Lollapalozza anunciando el regreso de Tan Biónica, el grupo se presentó en Mendoza cerrando el tour “La última noche

10 del noviembre, y el por qué de eso llamado Tradición

En la Argentina se celebra a la Tradición en la fecha en que nació José Hernández, el autor del Martín Fierro

Aquí me pongo a cantar. Uno supone que no debe haber un argentino que no sepa que así comienza el Martín Fierro. Aunque en rigor, quien no lo supo en su momento fue mi hija. En el arranque del primario en Buenos Aires, la seño preguntó a todo el grado si las chicas y los chicos sabían qué es el Martín Fierro, y ella contestó, feliz: -Yo sé, es el premio que les dan a los ganadores. Y sí. Después supo que el libro y etcétera. Y que la argentinidad y el gauchaje. Hasta que hoy muchos sólo saben lo que Calamaro recitó en una canción, aquellos versos formidables del Martín Fierro que dicen: Cantando me he de morir, cantando me han de enterrar, y cantando he de llegar al pie del Eterno Padre; desde el vientre de mi madre vine a esta mundo a cantar.

Qué campeón José Hernández. Es una pena que a un poeta tan formidable y a una obra tan importante como su Martín Fierro le hayan enrostrado eso de la tradición con el connotante que tiene, en este tiempo y en este lugar del sur del mundo, todo aquello que suena a tradición. Que es conservadurismo. Tradición o Vanguardia, una cosa o la otra: eso nos hicieron creer.

En rigor, pienso, hay palabras que perdieron su valor original por la ocasión en que fueron puestas en primer plano. Pienso en Lealtad. Hay quienes están muy a favor y quienes están muy en contra. Lo mismo pasó con Libertad, sobre todo después de 1955 y de la revolución que se autoproclamaba libertadora y que algunos llaman, sin vueltas, fusiladora. Lo mismo con Cambio. Cuánta gente temió usar las palabras lealtad, libertad o cambio por sus connotaciones, y  no porque estuviera en contra de lo que significan en origen. Lo mismo pasa con tradición.

Leo por ahí que la idea de institucionalizar la conmemoración de las tradiciones gauchescas fue del poeta Francisco Timpone en 1937, en una reunión de la Agrupación Bases que homenajeaba a Juan Bautista Alberdi y que tenía su sede en La Plata. Pero a quién le importa ese dato. A quienes tengan que hablar del 10 de noviembre se les tendrá que explicar eso de por qué es el Día de la Tradición. Y no más.

Y es bello tener una tradición. Claro que sí. Es la base de la nación, de su historia. Es la base del pueblo trabajador. Y qué cosa, decir pueblo trabajador suena medio peronista, y ya mismo hay gente que aplaude y gente que maldice. Así es la Argentina, qué se le va a hacer.