La reflexión final nos hace volver al principio, y si, porque quienes siguieron esta historia cada domingo, en cada capítulo de Succession, lo saben bien.
Con actores tan geniales y un juego de poder tan ambicioso y humano, Succession le ofreció a sus espectadores grandes e inolvidables momentos, capítulos inesperados y escenas donde tanta traición, engaños y estrategias nos removieron las entrañas hasta erizarnos la piel.
Con personajes no tan queridos y algunos de un ascenso inesperado, el guion nos llevó – naturalmente- a aceptar que lo que pasaba allí era lo lógico; que ese camino para ciegos dispuestos a cruzar y llegar, sin importar el precio, tenía sentido.
Traumas, depresiones y muchas presiones en cada emisión -de una hora- nos convirtió en los “acompañantes” de una familia despojada de todo menos de poder.
Succession está en HBO Max y su exitoso final será tal vez la puerta para que muchos retomen la serie y otros tantos decidan inmiscuirse en la historia.
Para los demás mortales que nos quedamos con ese agujero desolado de una despedida, sabemos que lo bueno siempre queda, que no se olvida y que Succession fue y será una de las mejores series de estos tiempos.